Praga, en la República Checa, es uno de los destinos más atractivos de Europa para los viajeros mexicanos. Sin embargo, es común que los pasajeros se limiten a quedarse en la capital y no explorar el resto del país. Por ello, en esta ocasión, Petr Lutter, Director para América Latina de Czech Tourism, nos sugiere algunos itinerarios para explorar la República Checa.

Si se cuenta con pasajeros que ya conocen Praga, al armar un itinerario de cinco días, se recomienda dedicar 2 días a la capital para conocer sus novedades y 3 a sus alrededores. El resto de los días disponibles se pueden aprovechar de dos maneras diferentes.
Para pasajeros a quienes no les gusta mucho moverse, hacer la maleta y deshacer la maleta y cada noche dormir en un sitio nuevo, hay varias excursiones de un día saliendo de la capital. La República Checa es un país pequeño y todo está cerca de Praga.

Además de los lugares clásicos, como Karlovy Vary y Český Krumlov, hay otras opciones como el Castillo de Karlštejn, a 40 kilómetros de Praga y a donde se puede llegar en bicicleta, y a la fábrica de cerveza de Pilsen, en la ciudad del mismo nombre, a 90 kilómetros. Otra alternativa es Terezín, a 90 kilómetros de Praga, que fue una cárcel de presos políticos y gueto judío durante la Segunda Guerra Mundial.
Para pasajeros que no tengan problema en trasladarse para adentrarse en el país y gozar de una aventura más local, está Moravia, en el este del país, para visitar las ciudades de Olomuc, Brno y la región del sur, famosa por sus vinos. Desde aquí, se puede extender el viaje hacia Viena o Cracovia.
